Fiat Chrysler también evalúa cerrar sus fábricas en México
Toyota, blanco de críticas del futuro mandatario, anunció millonaria inversión en EEUU.
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Las amenazas de Donald Trump siguen sacudiendo a la industria automotriz, a días de que el presidente electo de EEUU asuma. Esta vez fue el turno de Fiat Chrysler, que dio señales de que podría paralizar sus inversiones en México si el futuro mandatario cumple su promesa de imponer elevados aranceles a las importaciones de vehículos desde ese país.
Sergio Marchionne, director ejecutivo de Fiat Chrysler, fue consultado ayer por sus planes en México si Trump impone un arancel de 35% a los autos fabricados en ese país, como ha prometido. “Es posible, si las condiciones económicas impuestas por el gobierno de EEUU son suficientemente altas como para que la producción en México pierda sentido”, dijo Marchionne. “Tendríamos que retirarnos. Es bastante posible”.
Según el ejecutivo, la industria automotriz mexicana “ha sido enfocada desde hace años para abordar el mercado estadounidense”, y sin éste “está en duda la razón de su existencia”.
Más temprano, ayer, Fiat Chrysler había anunciado planes para invertir US$ 1.000 millones y crear 2.000 empleos en sus plantas en Ohio y Michigan, donde construirá camionetas y nuevos vehículos SUV.
Antes de las declaraciones de Marchionne, Trump había enviado un twitter felicitando a la automotriz y a su rival Ford por reforzar sus proyectos en el país. La semana pasada Ford sorprendió al anunciar su decisión de cancelar una planta en México por US$ 1.600 millones y destinar en cambio US$ 700 millones a sus instalaciones en Michigan. Ayer, Ford agregó que devolverá la producción de sus modelos Bronco y Ranger a esa ciudad.
Toyota hace una ofrenda
Trump, en cambio, anunció duras represalias contra General Motors, a la que acusó de despedir trabajadores en EEUU para trasladar producción a México. El futuro mandatario también había apuntado sus dardos contra Toyota, luego de que la japonesa informara que estudiará sus planes en México después de que asuma el nuevo gobierno.
Ayer, la firma nipona dijo que invertirá US$ 10.000 millones en EEUU en los próximos cinco años, lo mismo que en el quinquenio anterior. El dinero será destinado a una nueva fábrica en Texas, y a la ampliación de otras plantas existentes.
Descargos de las firmas
El presidente ejecutivo de Toyota para Norteamérica, Jim Lentz, defendió la decisión de la compañía, afirmando que la fábrica fue anunciada en 2015 y no tiene que ver con la situación política. Sin embargo, Lentz admitió que “todos estamos a favor de lo que está intentando hacer” Trump, refiriéndose a sus planes de impulsar los empleos y la manufactura estadounidense.
Por su parte, GM señaló que va a seguir produciendo sus pequeños Chevy Cruze en México. “El gran mensaje es que las cosas que estamos haciendo están basadas en decisiones que hemos tomado dos o tres años atrás”.
En tanto, el presidente de Ford, Mark Fields, dijo que la empresa prevé “un ambiente más favorable para los negocios en EEUU”, tras el triunfo de Trump, aunque defendió que Ford “es una multinacional global y con mucho orgullo seguirá invirtiendo en todas las regiones del mundo donde tiene negocios”.
Videgaray: México no será un "sumiso"
El canciller de México, Luis Videgaray, quien asumió el cargo recién la semana pasada, se pronunció ayer sobre las relaciones bilaterales con EEUU. "Casi no hay aspecto de nuestra vida nacional que no esté de una u otra forma relacionada con EEUU", dijo en el Congreso de la Unión y del Servicio Exterior Mexicano, asegurando que el país "actuará con dignidad e inteligencia abriendo puertas del diálogo y negociaciones para defender los intereses de México y los mexicanos", negociará con "sentido práctico", pero no caerá en una "sumisión vergonzosa" ni tampoco buscará el "conflicto o incluso el insulto".
También defendió a los migrantes, diciendo que "esos millones de mexicanos (...) no son delincuentes, sino que son gente productiva, que representa en la mayoría de los casos lo mejor de México".